En el corazón de la Patagonia Argentina, Esquel se erige como un destino imperdible para los amantes del snowboard. Con el majestuoso cerro La Hoya como escenario, esta ciudad ofrece una experiencia única en la nieve, atrayendo tanto a principiantes como a expertos que buscan desafiar las cumbres nevadas.

La Hoya, que pronto celebrará su 50º aniversario, se destaca por ser el lugar ideal para disfrutar de paisajes inigualables y aventurarse en la montaña. Este centro de esquí brinda un entorno tranquilo, perfecto para disfrutar solo, en familia o con amigos, mientras se goza de una mezcla perfecta entre diversión, adrenalina y contemplación.

El ascenso hacia La Hoya es, en sí mismo, parte de la aventura. Desde la ciudad de Esquel, el recorrido hacia la base del cerro es una travesía que ofrece vistas panorámicas impresionantes. A medida que se asciende, el paisaje se despliega en todo su esplendor: cumbres nevadas que se mezclan con el profundo azul del cielo, brindando una postal inolvidable de la Patagonia.

La experiencia comienza al tomar la telesilla Las Lengas, que lleva a los visitantes a 1600 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentra la escuela de esquí. Aquí, los principiantes pueden dar sus primeros pasos en el snowboard, mientras que los más experimentados pueden seguir ascendiendo hasta alcanzar los 2075 metros. Cada sector de la montaña ofrece una combinación única de paisajes naturales y vistas urbanas de Esquel.

La Hoya se caracteriza por ofrecer una excelente calidad de "nieve en polvo", ideal para quienes buscan la experiencia del snowboard fuera de pista. Este tipo de nieve virgen, aún no surcada, es perfecta para los aventureros que desean explorar rutas como "La Avalancha" y "La Cornisa", dos de los cinco circuitos recomendados por instructores y pisteros. En solo 30 minutos, es posible estar descendiendo por estas laderas de nieve virgen, disfrutando de un entorno inigualable.

La Hoya no solo ofrece condiciones naturales ideales para el snowboard, sino también la oportunidad de practicar modalidades como el Freestyle y el Freeride. Estas disciplinas combinan deporte y acrobacia, brindando experiencias llenas de adrenalina para todos los niveles de habilidad.

El Freeride es perfecto para quienes buscan la emoción de descender a toda velocidad por terrenos fuera de pista, sorteando obstáculos naturales y poniendo a prueba sus habilidades en la tabla. Por otro lado, el Freestyle es ideal para aquellos que disfrutan de realizar saltos y trucos sobre la nieve, combinando velocidad con destreza acrobática.

Después de ascender desde Esquel hasta las alturas de La Hoya, llega el momento culminante: el descenso. Equipado con la tabla y la indumentaria adecuada, el snowboarder experimenta la sensación única de cortar la nieve y sentir el viento en su rostro mientras desciende. La velocidad, la adrenalina y la emoción de cada bajada son el broche de oro para una jornada inolvidable en la Patagonia.

Esquel, con su imponente cerro La Hoya, ofrece mucho más que un simple destino de snowboard; es un lugar donde la naturaleza y la aventura se encuentran para brindar una experiencia que perdurará en la memoria de quienes se atrevan a surcar sus cumbres nevadas.