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México diseña estrategia turística integral rumbo al Mundial 2026

El país busca atraer más de 5.5 millones de visitantes adicionales y generar una derrama económica superior a 20.000 millones de pesos.

México se prepara para recibir uno de los eventos deportivos más relevantes del planeta con una estrategia que apunta a convertir la Copa Mundial de la FIFA 2026 en un motor de crecimiento turístico y económico. La Secretaría de Turismo presentó un plan nacional que trasciende las sedes oficiales —Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey— para alcanzar a todo el país bajo la premisa de un “Mundial para todo México”.

La presentación estuvo encabezada por la secretaria Josefina Rodríguez Zamora y Gabriela Cuevas Barrón, representante mexicana ante el torneo, junto con autoridades locales, empresarios y responsables del sector. Según la hoja de ruta, el objetivo es atraer a más de 5.5 millones de visitantes adicionales, crear más de 24.000 empleos y lograr una derrama económica superior a 20.000 millones de pesos, con un gasto promedio por turista estimado en 1 165 dólares.

Aunque los partidos se jugarán únicamente en tres ciudades, la estrategia tiene un alcance federal. Una de las iniciativas más destacadas es el festival gastronómico itinerante México de mis Sabores, que se desarrollará del 5 de junio al 22 de julio de 2026 en espacios emblemáticos como el Campo Deportivo Militar Marte. Este encuentro combinará propuestas culinarias con actividades culturales, artísticas y artesanales para reforzar la identidad del país.

El plan también prevé la creación de rutas turísticas temáticas y el impulso a programas de embellecimiento en los Pueblos Mágicos. Estas localidades serán parte de un campeonato nacional de fútbol con el fin de fomentar el turismo interno y rescatar tradiciones deportivas y culturales. De esta manera, los 32 estados del país tendrán la posibilidad de beneficiarse directa o indirectamente del evento.

En materia de infraestructura, las tres ciudades anfitrionas avanzan con proyectos específicos. La Ciudad de México destinará 3 000 millones de pesos a la modernización del Estadio Azteca, que después del torneo se convertirá en un centro de convenciones internacional. Guadalajara trabaja en el diseño de nuevas rutas turísticas orientadas a diversificar experiencias, mientras que Monterrey prepara un plan enfocado en seguridad, transporte y reforestación, con una visión de legado más allá del campeonato.

La magnitud del Mundial 2026 marca un hito en la historia del fútbol. Será la primera edición con 48 selecciones y 104 partidos, y la segunda vez que un torneo se organiza de manera conjunta entre tres países: México, Estados Unidos y Canadá. El Estadio Azteca volverá a abrir sus puertas a un partido inaugural el 11 de junio de 2026, convirtiendo a México en el único país en celebrar tres inicios mundialistas tras las ediciones de 1970 y 1986. En total, el país albergará 13 encuentros oficiales.

El Gobierno mexicano subraya que el propósito de la estrategia va más allá de las tres semanas de competencia. La meta es dejar un legado duradero: infraestructura de calidad, mayor visibilidad para el turismo cultural y un sector privado fortalecido como aliado del crecimiento. El Mundial se plantea como catalizador de proyectos que trasciendan lo deportivo y consoliden a México como destino líder en hospitalidad, cultura y experiencias.

El contexto favorece estas expectativas. En 2024, México recibió 45 millones de visitantes internacionales, alcanzando cifras históricas y aportando entre 7 y 8 % del PIB nacional. Con estas bases, la estrategia busca potenciar un turismo de mayor valor agregado que combine atractivos tradicionales con propuestas innovadoras, desde el enoturismo y la gastronomía hasta la oferta de lujo y naturaleza.

En esta hoja de ruta, el turismo no solo será espectador de la Copa Mundial 2026, sino actor central. Cada estado tendrá un rol en la construcción de una narrativa nacional que combine fútbol, cultura y hospitalidad. El reto es ambicioso, pero la oportunidad también: consolidar a México como potencia turística y cultural global.

El Mundial de 2026 representa para el país algo más que un torneo. Es la posibilidad de mostrar al mundo su diversidad cultural y gastronómica, de fortalecer la infraestructura en ciudades clave y de multiplicar los beneficios económicos y sociales. Si los objetivos se cumplen, México podría convertir esta cita deportiva en una palanca histórica para su proyección internacional y su desarrollo turístico sostenido.