Sonaron fuertes las declaraciones del candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri, quien prometió que en caso de llegar a la Casa Rosada, “revisará la cantidad de feriados programados para el próximo año”.

“Vamos a terminar con la cantidad de feriados. Es un tema que no fue bueno para el país ni para el turismo. Iremos viendo qué es lo que vamos a hacer”, sostuvo el saliente jefe de Gobierno porteño durante el ciclo “El candidato responde”, que se emite por Canal 13.

Desde el gobierno nacional, el primero en responder estas declaraciones fue el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, quien le pidió que “no conspire contra esa generación de riqueza que es el turismo”. “Los resultados están a la vista, han sido altamente positivos y lo que se busca pareciera ser que es perjudicar al trabajador que tiene el derecho a un feriado determinado”, añadió.

Por su parte, el ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, reivindicó el ordenamiento de feriados y destacó el impacto económico de esa política de Estado, a través de un comunicado: “Es un potente redistribuidor de los recursos económicos desde las grandes ciudades hacia las economías regionales, genera empleo, inclusión y permite revalorizar nuestra identidad nacional”, indicó.

Ayer, por su parte, la secretaria de Promoción Turística de la Nación, Patricia Vismara, indicó durante la presentación de la nueva App Argentina Turismo que “estos logros que hemos obtenido en estos años de gestión, realmente son muy importantes para el sector turístico. Los puestos de trabajo que se perderían si se da por finalizado este reordenamiento de feriados, serían muchísimos”, expresó la funcionaria, quien además llamó a la “defensa” de esta Ley porque esto “no pertenece a una gestión o un sector”.

La ley de feriados, la gran apuesta del Gobierno nacional en materia turística, provocó un incremento del turismo interno a cifras récords en la historia del país y, a la vez, una modificación de los hábitos de viaje de los argentinos.

Pero por otro lado, las críticas surgen desde otros actores de la economía porque tantos días sin actividad laboral repercuten en dichos sectores productivos.

Así, por un lado, tenemos un crecimiento constante de ciertas economías regionales, principalmente en destinos que por su oferta reducida los feriados cortos provocan la llegada de grandes masas de turistas, ayudando a evitar la estacionalidad de sus actividades, haciéndolas más equilibradas durante todo el año.

Pero, por otro lado, los días en que “todo se para” provocan pérdidas en la macroeconomía, que los ingresos vía turismo no logran igualar. El sector bancario, el de la administración pública o el industrial se ven perjudicados, con grandes daños económicos. En este sentido, los centros urbanos son los que más pierden, por lo que es entendible que la fuerza que esta Ley generó en los destinos turísticos del Interior del país, no haya sido percibida de la misma manera por otros actores relevantes de la economía.

Un informe realizado por el investigador Ricardo Theller, de la UADE, advirtió una caída en general de la actividad causada por la gran cantidad de feriados, pero también estimó que no alcanza por igual a todos los sectores productivos, sino todo lo contrario.

“En el caso de los sectores fabriles con mejor programación, se logró mantener las metas de producción. Pero para otros rubros, como es el caso de los trabajadores “freelance" o profesionales y actividades donde se deben pagar horas extras, los datos podrían ser negativos”.

El trabajo de Theller concluye, entre otras cosas, que con los feriados largos o “puente” no hay creación de riqueza, pero tampoco una pérdida significativa, sino redistribución de riqueza de algunos sectores por sobre otros. “Hay muchas actividades que generan riqueza y que no se detienen porque haya feriados o paros. Además, el PBI no se genera de manera pareja durante todo el año y algunas actividades que influyen mucho en la riqueza son estacionales, como el caso de la cosecha de soja, indicó.

Enrique Meyer, en el comunicado expresado, destacó que la actividad “ha generado más de 1.1 millón de puestos de trabajo, lo que representa el 5,4 por ciento del empleo total de Argentina” y precisó que desde el decreto que dictó el Ordenamiento de Feriados, en 2010, “la llegada de turistas a los destinos nacionales durante los feriados se incrementó en un 189 por ciento”.

“Sólo en 2014, 11.7 millones de visitantes se movilizaron durante los fines de semana largo del año” aseguró Meyer, quien también resaltó la “redistribución equilibrada y sostenida del gasto turístico en todo el país”, que hace que del gasto total del turismo nacional, el 95% se distribuya entre todas las provincias argentinas”.

Meyer finalizó explicando que “hoy el turismo es Política de Estado, y el ordenamiento de Feriados es sólo un eslabón más dentro de una cadena de acciones que permiten alcanzar múltiples efectos positivos: empleos sustentables, dinamización de las economías regionales, distribución territorial de los beneficios; y lo más importante: un crecimiento federal, equilibrado e inclusivo de todos los habitantes argentinos”.

Argentina es uno de los país del mundo con más feriados y en sólo seis años crecieron un 40 por ciento. El 2015 cerrará con un total de 17 días, con seis fines de semana largo y cuatro “extra largos”.

Una decisión de este tipo, debería ser analizada y tomada en concordancia con el conjunto de los actores tanto públicos como privados que conforman esta actividad. Las economías regionales y su problema de la estacionalidad, han sido sin dudas beneficiadas con esta medida, y habría que evaluar efectivamente el impacto negativo que la Ley tiene sobre los grandes centros urbanos.

El nuevo perfil del turista, es otro factor a tener en cuenta, ya que se ha visto modificado el hábito de viajar muchos días una vez al año, por salidas más cortas pero más frecuentes.

En síntesis y frente a una acción que impactará en un actor de importancia económica como la industria del turismo, dicha decisión debería ser tomada sobre la base de información que permita equilibrar los distintos sectores de la economía nacional.