La relación entre Italia y Argentina fue muy estrecha durante el pasado siglo como consecuencia de las migraciones de personas, desde el país europeo hasta el sudamericano, y las fuertes relaciones comerciales. Ese vínculo se ha mantenido con el paso de las generaciones hasta encontrar, en la etapa actual, otros contextos que garantizan su buena salud. El turismo es ahora el principal motor que vincula ambos países. Cada año, más de 440.000 personas deciden viajar a italia desde argentina. En el territorio central y sur de América, solo el público brasileño supera esta cifra. 

El hecho de que Europa sea el continente más visitado por los turistas procedentes de Argentina, con el 27 por ciento de las salidas, es clave en la proximidad con los atractivos italianos. La inversión económica y el largo trayecto, pues la duración entre un aeropuerto argentino y otro europeo se establece en torno a 13 horas, hace que la mayoría de turistas decidan visitar varios países durante su estancia. En un alto porcentaje de elecciones, Italia está entre las preferencias. 

Ya sea por vuelo directo o con escalas, cada vez más turistas nacionales deciden viajar a italia. Las conexiones entre los principales aeropuertos con sus homónimos de Italia se producen diariamente y con varias opciones de horarios. La conexión se realiza entre el Aeropuerto Ministro Pistarini, de Buenos Aires, y el de Fiumicino, en Roma. El vuelo se prolonga durante 13 horas a la ida y supera las 14 en el viaje de vuelta. Existen otras alternativas, con escala en alguna ciudad europea, para llegar a este destino. 

Una vez en Roma, el visitante entra en una ciudad milenaria y de gran valor histórico. La visita recomendada se extiende durante, al menos, una semana. Es el tiempo que se necesita para descubrir el componente histórico, ejemplificado en el Coliseo, el Foro Romano o las numerosas iglesias construidas en muchos de los barrios de la ciudad. El Vaticano, una visita que pide, al menos, una mañana entera, la famosa Fontana de Trevi o el Panteón son también puntos imprescindibles. La capitalidad de Roma asegura una buena combinación con otras ciudades del país por avión, que es el medio de transporte recomendable, siempre que sea posible.

El norte es la zona ideal para los amantes de la historia y la arquitectura. Milán y su majestuosa capital abren paso hacia destinos como Florencia, capital del Renacimiento, o Verona. La Toscana es otra de las regiones más visitadas por su paisaje característico, los pueblos empedrados y la gastronomía. Hacia el sur, se encuentran algunas de las mejores playas de Europa y el origen de la pizza.