Antes que se enciendan las luces del escenario, antes que el sonido, el humo, el ruido de las pisadas, del roce de la seda del vestuario. Antes de que el canto sea el protagonista, hubo meses de preparación, idas y corridas para dar curso al espectáculo.

Es una locomotora que pone en marcha los vagones, tira desde la caldera alimentada por el carbón. Es la idea que pone en marcha cada cuadro en escena, tira desde un mensaje, un concepto que se quiere transmitir alimentado por el canto, los efectos especiales, vestuario, luces sonido, actores y bailarines. Dar fuego a la caldera implica un gran esfuerzo.

Es una locomotora que pone en marcha los vagones, tira desde la caldera alimentada por el carbón. Es la idea que pone en marcha cada cuadro en escena, tira desde un mensaje, un concepto que se quiere transmitir alimentado por el canto, los efectos especiales, vestuario, luces sonido, actores y bailarines. Dar fuego a la caldera implica un gran esfuerzo.

Su próximo espectáculo se titula “Palpitar del tiempo”, con lo cual el transcurrir es el motor de cada una de las escenas. En septiembre se presentará en la sala mayor de la Ciudad de las Artes.

La historia que contará este nuevo show se concretó en mayo de este año pero la fecha estaba pensada desde que se apagaron las luces de su anterior función “Destellos Medievales”.

Para pasar de una estación a otra, de un tiempo a otro, estudió la pertinencia de cada tema musical, lo eligió, lo graficó para ir sumando combustible. “Elegí cada pieza que canto de manera que el público vea el transcurrir del tiempo. Luego realicé las fichas técnicas, los efectos especiales, los demás detalles para que cada cuadro tenga su iluminación correcta, su clima adecuado…cuido el ambiente donde interpreto y el que la gente pueda vivenciar”. “Lo que más me interesa son las percepciones” remata Ciceroni.

El futuro concierto usará tecnología de punta para las luces, con la misma técnica empleada en la obra “Otelo”. “habrá luces LED, elementos de última generación, efectos de sonido sobre diferentes momentos del día en la naturaleza, de relojes, entre otros”. Y aclara que en los interludios, las bailarinas de la compañía de Silvia Soria Arch danzarán en zapatillas de punta con sonidos referidos al tema eje, por ejemplo de un corazón. “El tic, tac, tic, tac, estará en todo momento” sostiene ciceroni.

Además de la tecnología, tendrá especial cuidado en la interpretación. La artista cuenta que el trabajo actoral parte del método de Konstantín Stanislavski, actor, director escénico y pedagogo teatral ruso. “Más allá de lo actoral – aclara Ciceroni – el concierto trata sobre una introspección propia, acerca de mis raíces, de una situación interna”.

Por último, reconoce que cantar melodías medievales, épicas, neoclásicas la ubica en una fusión de dos épocas una pasada y la contemporánea. “no hay que creer que la música acaba con un tiempo porque hay realidades que se transmiten de generación en generación. Lo importante es que ese sentir sea auténtico. Mi música me representa y es sorprendente cuánto llega al público también”.