El buen tiempo se acerca y con él el inicio de la época estival. Un período que además coincide con las celebraciones navideñas y los festejos de año nuevo, lo que aumenta todavía más el número desplazamientos que realizaremos los argentinos, tanto dentro como fuera del país.

En este sentido es habitual que los viajes se planteen en base a un destino en nuestro hemisferio, con el objetivo de aprovecharnos de la subida de las temperaturas. El sol y la playa siguen siendo un reclamo para los ciudadanos argentinos, que en los últimos años han mostrado cierta predilección por las costas de Chile. Para el país vecino el mercado argentino representa casi la mitad del turismo total, unas cifras que se traducen en más de 3 millones de visitantes el pasado 2017. Para esta recta final del 2018 se espera que el número de turistas argentinos aumente debido a la ampliación de los vuelos que conectan Argentina y Chile, que alcanzarán las 193 frecuencias en diciembre.

Sin embargo, no todos los turistas nacionales buscan sol y playa en sus vacaciones, sino que son muchos los que deciden pasar un verano diferente viajando hasta Europa, que en esta época del año se encuentra en pleno inverno. El conocido como “viejo continente” cuenta con infinidad de ciudades increíbles para visitar en cualquier época del año, pero aprovechar estas fechas para hacerlo tiene un encanto doble. Por una parte, Europa nos ofrece en buena medida disfrutar de una navidad diferente, lejos del sol y cerca de la nieve y el frío, algo que seguro conseguirá que tengamos una nueva visión de esta celebración. Por otra, los meses de enero y febrero se consideran como “temporada baja” en buena parte de Europa, por lo que los precios de los vuelos y hospedajes son mucho más baratos que en otras estaciones y el número de turistas es menor. 

Si lo que buscan es una entrada en el 2019 bien diferente a la que están acostumbrados, existen ciertos lugares que no pueden dejar de visitar. 

Praga es, sin lugar a dudas, una de las mejores opciones para pasar unas navidades inolvidables en el continente europeo. La capital de la República Checa es una ciudad que desprende belleza en cada esquina, por lo que su visita es obligada en cualquier época del año. Sin embargo, en los meses de noviembre, diciembre y enero Praga se transforma en el escenario de un auténtico cuento navideño. La nieve cubre sus calles, las luces decoran sus espectaculares edificios y los villancicos suenan por todas partes. Por si esto fuera poco, la ciudad cuenta además con un gran número de mercadillos navideños, entre los que destaca el de la Plaza de Wenceslao, que con sus variados puestos de dulces hará las delicias de los más golosos.

Para todos aquellos que busquen una perfecta combinación entre espíritu navideño y viaje cultural, cabe señalar que Praga cuenta, además, con varias construcciones de importantísimo valor histórico. Así, la visita al Castillo de Praga, considerado como el más grande del mundo, al barrio judío de Josefov, a la Torre de la Pólvora, al reloj astronómico de la torre del ayuntamiento, al muro de John Lennon, a la Plaza de Wenceslao en la que se inició la Revolución del Terciopelo o a la Casa Danzante del arquitecto Frank Gehry son totalmente ineludibles. Además, y para los amantes del póker, este año Praga acogerá una de las paradas del European Poker Tour, uno de los torneos más prestigiosos de esta disciplina que coincidirá en el tiempo con otro gran evento deportivo, el Global Champions Prague PlayOffs. Esta competencia ecuestre, que se celebrará entre el 13 y el 16 de diciembre, reunirá a los mejores caballos y jinetes del panorama internacional en el estadio O2 Arena. Así que si tienen pensado viajar entre el 7 y el 18 de diciembre a la ciudad, quizás se encuentren con algunos de los mejores jugadores de póker y jinetes del mundo comprando a su lado un trdelník, un dulce que a pesar de no ser originario de la República Checa es uno de los más vendidos en los puestos de la ciudad.

Además de la República Checa, Alemania y Austria son otros de los países en donde más se vive la navidad. Los mercados navideños vuelven a ser el emblema de estas fechas y en Alemania pueden presumir de contar con el mercado más antiguo de toda Europa. Ubicado en la plaza de Altmarkt en la ciudad de Dresde, el mercado Strizelmarkt lleva en funcionamiento desde el año 1434, recibiendo cada año a miles de visitantes llegados desde diferentes partes del mundo. Cuenta con más de 200 puestos y una de las tradiciones al visitarlo es degustar el típico pastel stollen, a base de pasta de almendras y relleno de frutas confitadas. Además, Dresde cuenta con un núcleo urbano que concentra en buena medida los principales atractivos turísticos de la ciudad, como el Residenzschloss o Palacio Real, el Zwinger o Palacio Barroco que hoy alberga varios museos, o el Fürstenzug o Mosaico del Desfile de los Príncipes, lo que facilita su visita.

En Austria, por su parte, los famosos mercados navideños se suceden en todas sus ciudades, creando un ambiente realmente mágico. En las regiones alpinas de Salzburgo y Tirol, a los cientos de puestos que plagan sus calles se les unen copiosas nevadas que tiñen de blanco el paisaje urbano convirtiendo las pequeñas y coloridas casas en el objetivo de todos los fotógrafos que buscan la estampa perfecta. En las ciudades de Innsbruck, Graz y Linz destaca su cuidada iluminación y decoración, con grandes árboles navideños en las plazas más importantes. La capital del país, Viena, cuenta también con una una gran cantidad de mercados, conciertos y actividades para festejar la navidad, pero es en las localidades pequeñas en donde la experiencia navideña alcanza su máximo esplendor.

Otras ciudades para visitar si van en busca de una navidad diferente son Ámsterdam (Países Bajos), en donde en los meses de diciembre y enero se celebra el Festival de Luz, que transforma a diario los canales de la ciudad en lugares mágicos mediante proyecciones lumínicas a cargo de los mejores artistas nacionales e internacionales; Bruselas (Bélgica), que celebra entre noviembre y enero el festival Plaisirs d’hiver, que cuenta con un mercado navideño de 2km, una noria, tiovivos, una pista de patinaje y un enorme árbol de navidad en la Grand Place con espectáculo de luces incluido; Ljubljana (Eslovenia), que destaca por su decoración lumínica o Dublín (Irlanda), que cuenta con un Festival de Nochevieja plagado de música, artistas callejeros y mucho ambiente para despedir el año. 

A la caza de la Europa más cultural 

Si la búsqueda de una navidad para el recuerdo no es el objetivo del viaje sino empaparse de cultura, buena gastronomía e historia, Europa también cuenta con un gran número de destinos idóneos para ello. Eso sí, se debe tener en cuenta que casi todas las ciudades, por no decir todas, cuentan con actividades exclusivamente dedicadas a la celebración de estas fechas. La navidad en Europa es todo un acontecimiento, por lo que es imposible plantear un viaje intentado eludir sus festejos.

En cualquier caso, es posible realizar viajes culturales y de relax en esta época del año. Para ello lo mejor siempre es acudir a las grandes ciudades que, como ya hemos dicho, se encuentran en temporada baja (salvo en las fechas clave de navidad) y cuentan con un volumen de turistas menor, lo que las convierte en los destinos ideales. En este sentido, París es una de las ciudades que más oferta cultural ofrece. A los numerosos museos, entre los que destaca el Louvre, el Pompidou, o el Orsay, se le unen un gran número de edificaciones emblemáticas como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame, el Palacio de Versalles, la Filarmonía o la Biblioteca Nacional de Francia. Cementerios como el de Montmartre o el de Père-Lachaise son otros de los grandes atractivos arquitectónicos, a los que debemos sumar las famosas catacumbas. Por otra parte, al ser la capital del país, la ciudad se encuentra perfectamente comunicada con otras urbes francesas y europeas, lo que permite moverse con facilidad para visitar otros lugares.

Roma, Florencia, Milán, Venecia, Bolonia o Turín son seis de los destinos más visitados dentro de Italia. Si son apasionados del arte y la arquitectura no pueden dejar de viajar hasta este país que cuenta con un elevadísimo número de monumentos completamente gratuitos, no en vano a Italia se la considera como un museo al aire libre. Al Coliseo, la Fontana de Trevi, el Duomo de Milán, el Ponte Vecchio, la Plaza de San Marcos o la Catedral de Santa María dei Fiore se le unen otros espacios menos conocidos pero realmente asombrosos, como el Parco dei Mostri. Además, Italia cuenta con una gastronomía reconocida por su calidad en todo el mundo, en la que destacan elaboraciones a base de carne, pescado, verduras y, por su puesto, pasta.

Londres, Barcelona o Madrid son otras de las tres grandes urbes europeas ideales para viajar en estas vacaciones de verano. Todas ellas cuentan con una gran oferta cultural en la que destacan museos (en la capital del Reino Unido casi todos son gratuitos), teatros y edificaciones de gran valor histórico, como la Sagrada Familia o la Casa Batlló y La Pedrera en Barcelona. Para los entusiastas del género musical es interesante destacar que Madrid cuenta en cartel con un gran número de musicales que la han posicionado como la tercera ciudad que más entradas ha vendido, solo por detrás de Londres y Nueva York.

Y si no le temen al frío, ciudades como Helsinki, Moscú, Copenhague o Estocolmo también tienen mucho que ofrecer al visitante. Eso sí, los precios de los vuelos suelen ser bastante más costosos.