El carnaval de Tenerife es uno de los mejores ejemplos de un carnaval al sol. Los tinerfeños se lo toman en serio y alargan la fiesta más de un mes entre la presentación de las candidatas a la Reina de las fiestas a su elección. Hay destiles, bailes, conciertos, fuegos artificiales y mucha gente guapa. 

Cada año más de medio millón de visitantes se acercan para presenciar este espectáculo que culmina con una fiesta de 24 horas y la quema de una enorme sardina de papel maché. 

La madre de todos los carnavales y una cita imprescindible, por lo menos, una vez en la vida. Samba, colores, color y muchísima diversión. La ciudad de Rio de Janeiro se transforma esos días para dar de si. 

Los disfraces más coloridos y los mejores pasos de baile se reservan para el multitudinario desfile en el sambodromo, en el que compiten y se muestran las escuelas de samba de la ciudad. Consigue tu entrada para el carnaval de Rio de Janeiro lo antes posible o te lo perderás. 

El Mardi Gras de Nueva Orleans es la versión norteamericana del Carnaval y es una fiesta de grandes proporciones, como casi todo en los Estados Unidos. 

Hay muchísimos desfiles de carrozas y disfraces pero la esencia de la fiesta es que los asistentes se emborrachan y disfrazan (para luego desnudarse) mientras les arrojan caramelos y collares de cuentas de colores.

Posiblemente el Carnaval más elegante del mundo, el Carnaval de Venecia es el paraíso de las máscaras, los disfraces recargados, las pelucas y el arte del engaño entre canales, góndolas y edificios milenarios. 

Aquí todo se hace con clase y los  venecianos se lo toman muy en serio. Así que si quieres participar, date prisa y compra una entrada para el gran Baile de Máscaras.

El Carnaval de Binche, en Bélgica, es “Patrimonio Intangible y Oral de la Humanidad” según la UNESCO y es algo increíble. Cada año los lugareños (también llamados “Gilles”) se pasean haciendo jaleo por la ciudad llevando unas máscaras algo raras y sacudiendo unos bastones para alejar a los malos espíritus.

Fiesta de Interés turístico internacional el Carnaval de Cádiz es todo un espectáculo que los gaditanos se toman a ritmo de chirigota. Estos peculiares grupos de gaditanos que cantan canciones satíricas sobre la actualidad son unas de las grandes estrellas de las fiestas. 

Además de los disfraces y desfiles, no os podéis perder el concurso de chirigotas en el Gran Teatro Falla… Ni sus actuaciones por la calle. Preparaos para reír como nunca. 

El Carnaval de Oruro es el evento anual más grande de Bolivia. Básicamente el festival relata la historia del triunfo del bien sobre el mal a través de un gran desfile teatralizado que dura 20 horas: la Diablada. Al acabar, apagan el fuego con una gran guerra de agua en el Día del Agua. 

El Carnaval de Viareggio es uno de los más importantes de Italia. Esta población toscana normalmente bastante tranquila se transforma en Carnaval y acoge a un millón de visitantes dispuestos a disfrutar de los desfiles de grandes figuras de papel maché (muy parecidas a los “Ninots” de las Fallas de Valencia) que se elevan a más de 20 metros. Hay de todo en el desfile, desde políticos hasta estrellas de cine, pasando por dragones y todo tipo de animales. 

El Carnaval de Sitges es uno de los más famosos de España y de los más antiguos, con más de 100 años de tradición. Durante una semana, el centro de este pueblo tranquilo al lado de Barcelona se convierte en una gran fiesta al aire libre. Hay varias “rúas” (o desfiles) con disfraces de lo más atrevido y gran presencia de público gay. El Rey Carnestoltes toma posesión del ayuntamiento el primer día y gobierna con locura hasta el miércoles de ceniza, cuando se le quema y entierra. 

Aunque fuera del calendario habitual, el Carnaval de Notting Hill en Londres es una gran fiesta de disfraces en pleno verano. Este gran desfile es una celebración típica de la comunidad caribeña de la ciudad en la que dos millones de personas bailan por las calles del oeste de Londres al ritmo de la música. Si estáis en Londres en agosto no os lo perdáis.