Berlín contra el turismo de fiestas |
|||||||||||||||
15/09/2014 | 0:00 | Los vecinos de la capital alemana están cansados de los jóvenes que llegan a la ciudad para hacer “turismo de fiestas”. Piden establecer un código de conducta. | |||||||||||||||
|
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
“Berlín ya no te quiere” o “No más maletas de ruedas” son sólo algunos de los carteles que pueden verse colgados en las ventanas de algunos de los edificios de los barrios de moda de la capital alemana. A pesar de que la ciudad alemana tiene en el turismo una de sus principales fuentes de ingreso, parece haber llegado a su límite de tolerancia. La alcaldesa de los barrios Friedrichshain-Kreuzberg, Monika Herrmann, reclamó recientemente en un diario alemán, un código de comportamiento para los visitantes de la capital: menos basura y ruido y más respeto hacia los berlineses. Berlín, conocida entre los alemanes por su escasa amabilidad, ve peligrar la vida de algunos de sus barrios más tradicionales por la afluencia masiva de los considerados “Generación EasyJet”, en referencia a la compañía de bajo coste que permite volar a la capital alemana por muy poco dinero desde diferentes ciudades de Europa. Los barrios de Friedrichshain y Kreuzberg, sufren desde hace tiempo los estragos de las fiestas sin desenfreno: suciedad, drogas y ruido, pero las zonas de fiesta se van ampliando cada vez más para acoger a los residentes temporales en la ciudad. Así, los mercados de alimentación y pequeños negocios dejan paso a los bares. Los edificios de viviendas se reconvierten en hostales, hoteles y pisos para turistas. Los berlineses empiezan a ver cómo sus bares preferidos aparecen de repente en la famosa guía de viajes Lonely Planet. El turismo hace peligrar la vida de barrio. Los fines de semana, las principales calles de estos distritos próximas a las paradas de metro se llenan con hileras de turistas deseosos de fiesta, casi como si de un festival se tratara. Berlín lleva tiempo ampliando su oferta nocturna para sacar tajada de la buena fama de la ciudad más allá de sus fronteras. “Berlín se sitúa desde hace tiempo al mismo nivel que Barcelona, Amsterdam y Londres”, asegura Bjorn Lisker, portavoz de la empresa turística VisitBerlin. Sin embargo, no cree que un código de conducta sea la solución. “Colgar carteles con prohibiciones no es el medio correcto”, agrega. De la mano del turismo y de los congresos, la capital recauda 10.000 millones de euros y más de 275.000 berlineses viven de eso. Las cifras de turistas se han duplicado en diez años, sólo en el primer semestre de 2014 vinieron 5,5 millones de personas. En medio de este boom, el senado aprobó una tasa turística para todos los alojamientos para hacerse con parte del suculento pastel. No obstante, la clase política se ha dado cuenta de que el boom turístico también tiene un lado oscuro más allá de las fiestas. La proliferación de miles de pisos para turistas ha hecho que cada vez haya menos viviendas disponibles en la ciudad y que se hayan encarecido los precios. La ciudad trabaja ahora en sacar una ley que obligue a todos los pisos a registrarse para recibir una aprobación. |
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
Comentarios (0)
|
EcoPulso
Conocé un museo sustentable
El Museo Biesbosch, ubicado en los Países Bajos fue re diseñado teniendo en cuenta el entorno natural donde está ubicado.
leer nota completa