Una de las peculiaridades del sector turístico en ciertos destinos de la Argentina es su oferta de alojamiento, compuesta principalmente de cabañas independientes para alquilar y pequeños complejos de cabañas, que suelen alquilarse por días o semanas

Estos alojamientos, en su mayoría están gestionados por pequeños empresarios locales, que este año esperaban la temporada turística con una mezcla de entusiasmo e incertidumbre por los posibles efectos negativos de la crisis generada por el covid 19.

El tipo de turista que escoge alojarse en  cabañas frente a otros alojamientos declara hacerlo por la comodidad de la independencia, por tener una zona de parrilla y cochera privadas, además de una cocina equipada con todos los utensilios. Una tendencia de los últimos años es que cada vez más huéspedes prefieren  tener la ropa de blanco incluída como si se tratara de un hotel.

La distribución de este tipo de alojamientos a diferencia de los hoteles, suele ser mayoritariamente por contacto directo y vía promociones en Facebook y Mercado Libre. En el caso de cabañas nuevas, al no tener tanto peso la venta directa, agregadores y directorios de cabañas como Booking, airbnb.com o cabañasen.com son el canal de ventas más común, según nos indica Mariela Savio, Responsable de Playa Cocco, un nuevo complejo de 4 cabañas en Monte Hermoso. 

Adaptaciones para un verano diferente

La pandemia ha obligado a este tipo de alojamientos a modificar sustancialmente varios aspectos de sus operaciones para recibir turistas.

El primer cambio ha sido la necesidad de modificar sus políticas de cancelación y la forma de pago. A diferencia de otros años donde en muchos casos el 100% de una reserva se paga por adelantado y este importe no es reembolsable, este año se requiere un pago por adelantado del 30% aprox. y el saldo restante al ingreso a la cabaña. El 30% de señal se reintegra  en caso de no poder viajar por restricciones en el origen o destino de los pasajeros.

Otro cambio ha sido el descenso de los ADRs debido tanto a la inflación como a la pandemia así como incremento de las estancias mínimas obligatorias, que si bien en temporada alta suelen rondar las 3 noches este año se han visto aumentadas en algunos casos hasta las 7 noches.

Finalmente la introducción de medidas higiénicas también ha sido una constante entre los y las gerentes con las que hemos conversado. Muchas cabañas han optado por dejar un día libre para ventilar y desinfectar entre estancias mientras que algunas otras  han adquirido incluso sistemas de desinfección extra puntualmente realizando la limpieza de  colchones y pisos con amonio cuaternario y lavandina respectivamente.

Las ocupaciones en la costa superan las expectativas

Por lo general los propietarios de cabañas en la costa atlántica, que viven sobretodo del turismo interno, comentan que han registrado ocupaciones cercanas al 70% durante los meses de diciembre y enero, superando las expectativas de la mayoría de ellos. Por su lado las cabañas de la patagonia han registrado ocupaciones menores debido a la sobreoferta delante de la falta de turismo internacional. 

Patagonia 

El cierre de fronteras aéreas de Argentina ha repercutido negativamente en los destinos más exclusivos de la patagonia como El Calafate y Ushuaia que recién comenzaron a  recibir turistas a partir del 10 de enero. El poco turismo que visitó la zona de los glaciares y el extremo sur del continente americano el pasado mes de enero, fue de origen nacional, hecho que hizo que los porcentajes de ocupación en cabañas estuvieran en torno a un 40 % .

Sin embargo destinos como Bariloche y San Martín de los Andes han tenido muy buena ocupación durante el mes de enero y las previsiones para febrero se mantienen con buenos indicadores.