“La Fiesta de la Vendimia tiene una particularidad, porque más allá de que es un acontecimiento cultural y que tiene un impacto turístico importantísimo en la provincia, es un hecho social, político, económico y se suceden unas serie de actividades más allá de los actos centrales de la Vendimia”, le decía a Pulso Turístico Gabriela Testa, la nueva presidente del Ente de Turismo de Mendoza, desde la capital nacional del vino.

“El día sábado por ejemplo, hay dos eventos marcadamente políticos: el desayuno de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) y reúne a todas las instituciones públicas y privadas de las provincias vitivinícolas del país. Allí se plantean todas las situaciones de la industria, sus problemáticas; y después hay un almuerzo conocido como “de las Fuerzas Vivas”, que lo organiza Bodegas de Argentina, que es una institución que nace en Mendoza como centro de bodegueros, y que con el tiempo comienza a absorber las representaciones de otras provincias”.

La Vendimia data de 1936 y pese a las diferentes situaciones políticas y económicas que ha ido viviendo la provincia, siempre se celebró (en 1985 fue la única vez que la fiesta no se hizo). La Vendimia es una de las fiestas nacionales más convocantes, tanto por locales, como por turistas nacionales y extranjeros.

“Estamos en un 80 por ciento en el nivel de reservas, con muchísima ocupación en los 3, 4 y 5 estrellas pero es como difícil sacar la foto con los datos de Vendimia antes que acontezca pero siempre se llega a un porcentaje casi total de ocupación”, expresó Testa.

Una novedad es que este año el evento tendrá una fuerte presencia interreligiosa en la bendición de los frutos, algo que antes solo lo hacía la Iglesia Católica.

“Este es el evento turístico más importante que tenemos en la Provincia, la Vendimia es la cosecha de la uva, la materia prima de nuestro principal producto que es el vino. La industria del vino es el motor de Mendoza, y por eso lo festejamos con la Vendimia, con esta fiesta”, le decía a la prensa Rodolfo Suárez, el intendente de la ciudad.

Las fiestas comienzan en enero en el interior de la provincia y culminan con esta fiesta central, que se compone de una Vía Blanca, donde la gente sale masivamente a la calle (se estima medio millón de personas), luego el Carrusel, y la culminación con el acto de la noche, el acto central donde se elige la Reina de la Vendimia.

“La concurrencia está alrededor de las 50 mil personas, porque no solo está colmada la capacidad hotelera sino que hay mucha gente que alquila su departamentos y a veces hemos tenido que alojar gente en gimnasios municipales”, explica el funcionario.

La entrada a la Fiesta no es gratis para nadie, ni para los funcionarios. Del acto central, un cupo va a los mendocinos y el otro cupo lo manejan las agencias de viaje. Después vienen las dos o tres repeticiones de la misma fiesta, que ahí ya masivamente concurren los mendocinos, y se agregan artistas de folclore, de rock, de melódico, etc.