Donde fueres haz lo que vieres

Este famoso consejo transformado en refrán te va a librar de muchos errores cada vez que vayas de visita a lugares que desconoces, va a evitar que hagas el ridículo, molestes, insultes e incluso que cometas un delito, y es que debemos ser educados allá donde vayamos, y cumplir con las reglas de la educación. Y si no sabemos exactamente cómo son y si difieren mucho de las nuestras, solo tenemos que observar el comportamiento de los lugareños y comportarnos como ellos para acertar.

Pero siempre es mejor prevenir circunstancias desagradables por desconocimiento, por lo que cuando vayamos a un país en el que no hayamos estado nunca, lo más acertado es hacer un estudio, leer libros o acceder a sitios online donde podamos conocer su historia, cultura, tradiciones, y en definitiva tener suficiente conocimiento para no meter la pata y pasar el tiempo en su suelo como uno más.

Si tu próximo destino es Alemania, estás de enhorabuena, pues puedes informarte a fondo de todo lo que necesitas saber para viajar a Alemania y portarte como uno de ellos, gracias a la información que te ofrece Alemaniando, la página web experta en Alemania y todo lo que en este país acontece y una referencia para todos los que quieren documentarse en profundidad de cómo es la cultura y la idiosincrasia alemana.

Pero ¿cómo actuar cuando tu destino no es exactamente un lugar, sino un recorrido? ¿Cuándo a demás de lugareños te vas a relacionar con otros como tú, es decir, turistas de todas las nacionalidades? Es lo que nos planteamos cuando decidimos recorrer el Camino de Santiago.

Y es que como todos sabemos el inicio de este recorrido puede comenzar desde cualquier parte del mundo, podemos iniciar el Camino de Santiago desde Argentina si es nuestra ubicación, y además hacerlo con garantías absolutas de disfrute si dejamos la organización de este viaje en manos de la empresa que se encuentra detrás de la página web: santiagoways.com, la agencia de viajes especializada en el Camino de Santiago.

Esta empresa te guiará desde tu país de origen para que elijas una de las muchas opciones que tienes para recorrer este camino, te enseñará cuál es el comportamiento del peregrino, que es una actitud de amistad y solidaridad con todos los que te encuentres, que va más allá de orígenes y nacionalidades.

Y es que cada año más de 300.000 peregrinos de cualquier rincón de este mundo se atreven con la aventura que significa enfrentarse a uno mismo y al Camino, a disfrutar de sus paisajes y villas, a recibir los beneficios sobre el cuerpo, la mente y el espíritu que implica caminar estos senderos, y que de una forma milagrosa y mística une en una sola categoría humana a todos aquellos que los recorren.

Como norma general, el comportamiento del peregrino debe ser limpio y respetuoso con el medioambiente y con el resto de peregrinos. El Camino es por tanto una escuela de civismo y valores humanos. No hay que quejarse del precio de los albergues ni gastar dinero en cosas que no son importantes, y siempre hay que prestar la ayuda que sea necesaria al resto de peregrinos que nos encontremos por el camino.

Estemos donde estemos, vayamos donde vayamos, el respeto hacia las costumbres, hacia las personas y hacia los hábitats naturales debe ser siempre una norma común y fundamental para cualquier turista. Y es que el turismo educado y sostenible es la tendencia y lo que convierte el turismo de una localidad en un turismo de calidad que merece ser conservado.

El turismo de calidad es muy difícil de conseguir, pero más aún es de mantener. Es y debe ser una actitud cívica, tanto de aquellos que son turistas como de aquellos otros que los reciben y crean un ambiente agradable, cómodo, para el disfrute de todos y para que nadie se sienta molesto o fuera de lugar, un equilibrio que solo los lugares que rondan la excelencia consiguen.

Las Islas Baleares, en general, y menorca en particular, consiguen esa excelencia sin demasiado esfuerzo, pues su población educada y amable que acompaña a un lugar de gran belleza atrae a un turismo de calidad para la contemplación y disfrute de lugares tan emblemáticos y hermosos como la Ciutadella, que forma parte del casco histórico, el poblado de pescadores de Binibeca a 8 kilómetros de Mahón o Fornells, donde deleitarse con su famosa caldereta de langosta.

Pero como siempre suele ocurrir, son los momentos más extraños, los ambientes más desconocidos, los lugares que solo hemos visto en películas y documentales los que nos causan más temor a no saber qué hacer ni cómo comportarnos. Así, cuando tenemos la oportunidad de realizar safaris por kenia, lugar referente para este tipo de actividades, nos asalta la duda de qué hacer ante situaciones inesperadas.

Pues bien, sabemos que es una situación excepcional, un momento único y vibrante que debe ser vivido intensamente, tanto por ti mismo como por los que te rodean, pero por razón de la excitación no debemos provocar mal estar entre los compañeros de la aventura o molestias entre la vida salvaje que observas.

Así que cuando vayamos de safari, fundamentalmente mantendremos la calma y tranquilidad, interiorizando el ritmo de la vida silvestre, pues estás en sus dominios, es decir, estás en casa ajena. Sobre todo, cuando haya animales grandes, pues al ser salvajes son impredecibles, es en esos momentos cuando el silencio debe ser total.

De ningún modo y en ningún momento haremos ruidos o movimientos bruscos para llamar su atención, ni siquiera para sacar la foto que se llevará el premio Wildlife Photographer del próximo año. Tampoco podremos dar de comer a los animales, ya que esto alteraría su dieta y provocaría dependencia de las personas.

Y es que es de gran importancia que vayamos bien documentados e informados de lo que vamos a poder ver en el parque objeto del safari, tanto con respecto a la fauna, a la flora, a las aves y a las demás especies que podamos observar en su propio hábitat y entorno natural.

No podemos abandonar el vehículo en ningún momento, a no ser que lo ordene el guía o se llegue a la zona indicada para realizar el picnic contratado, si es el caso. Tampoco abandonaremos los caminos ni las zonas acotadas para el paseo, para evitar el máximo daño posible al entorno. Si se nos permite acercarnos a los animales, no lo haremos con brusquedad y guardaremos una distancia mínima de 20 metros.

Si debemos respetar los lugares, personas, costumbres y entornos donde vayamos, con la vida salvaje esta precaución debe ser más valorada y en ningún caso deberemos participar en actividades donde se dañe o se degrade a un animal. Por supuesto, no dejaremos nunca basura por ningún lugar donde nos lleve el safari, así como tampoco cogeremos nada de ese entorno.